lunes, 5 de junio de 2023

T23 DIEGO VELÁZQUEZ

0. INTRODUCCIÓN - CONTEXTO HISTÓRICO

a. Diego Velázquez y Felipe IV*: HAZ CLIC AQUÍ.
*Vídeo (1:04:35) del canal de YouTube Fundación Amigos Museo del Prado
*Charla titulada "Felipe IV, de pie, Diego Velázquez

b. "Velázquez: pensar diferente" por Javier Portús
*Vídeo (1:42:48) del canal de YouTube Fundación Amigos Museo del Prado

c. La etapa sevillana de Velázquez*: HAZ CLIC AQUÍ.
*Breve presentación (5:43) de sus primeras obras, comentando las más relevantes, como la Adoración de los Reyes Magos o El Aguador de Sevilla.

d. El Madrid imperial del Siglo de Oro*: HAZ CLIC AQUÍ.
*Vídeo (1:42:40) del canal de YouTube Universidad Complutense de Madrid
*Charla titulada "Vida cotidiana del Madrid de los Austrias del Siglo de Oro
*Veámoslo partir del minuto 7.

d. La Guerra de los 30 años (1618-1648)*: HAZ CLIC AQUÍ.
*Documental (51:56) titulado "La Guerra de Flandes y el Camino Español".
*Análisis histórico dicho conflicto y los Tercios de Flandes.


1. BREVE APUNTE BIOGRÁFICO
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, 1599 - Madrid, 1660), conocido como Diego Velázquez, es considerado la más brillante figura del naturalismo barroco español y uno de los más importantes pintores de todos los tiempos. Su sublime Arte ha traspasado todas las fronteras.

Según Antonio Palomino, autor de la más completa de sus primeras biografías, Velázquez estuvo en el taller de Francisco de Herrera (Herrera el Viejo) antes de ingresar en el estudio de Francisco Pacheco con la edad de 11 años.

Francisco Pacheco no solo fue su maestro (desde 1611), también fue su suegro (desde 1618) y su primer biógrafo. En el más importante tratado sobre las artes pictóricas que escribió Pacheco, terminado en 1638 y publicado en 1649, se da abundante información y detalles personales acerca de Velázquez: su aprendizaje en Sevilla, sus primeros años en la corte real de Madrid y su primer viaje a Italia.

En su primera etapa sevillana, durante sus primeros años de formación tutelada, fuertemente influenciada por sus maestros y por todo su entorno, su pintura estaba férreamente sujeta a los rígidos dictados estéticos de la composición del manierismo y del poderoso influjo del tenebrismo de Caravaggio.

Con 18 años, en 1617, monta su propio taller y no solo se independiza económicamente sino que se emancipa en lo artístico dando muestras desde sus inicios de sus excepcionales dotes y de un marcado sello personal.

Desde su juventud, Velázquez destaca por su gran destreza en la composición de bodegones, cuadros en los que se recrean escenas de cocina o estancias domésticas con figuras y objetos de naturaleza muerta. Fue Velázquez quien, principalmente, popularizó esta temática gracias a sus obras.

Tanto en los bodegones como en sus retratos, alcanzó la más verosímil recreación de las naturalezas de los objetos y los rostros, combinando diversas técnicas de los muy dispares caminos estéticos del tenebrista Caravaggio y de la explosión luminosa de Ribera.

Con 19 años, en 1618 se casó con Juana Pacheco, la hija de su mentor. Ya por aquel entonces, Velázquez era un genio consagrado con obras de enorme talla en todos los parámetros de las artes pictóricas: El almuerzo (1617), La Inmaculada Concepción (1618), San Juan en Patmos (1618), Cristo en casa de Marta y María (lienzo de una escena interior con bodegón pintado en 1618), Vieja friendo huevos (1618), La Adoración de los Reyes Magos (autorretrato y retrato familiar realizado en 1619), Santo Tomás (1618 ó 1620), San Pablo (1618 ó 1620) El Aguador de Sevilla (1622), el retrato de la religiosa Jerónima de la Fuente (1620), La cena de Emaús o "La mulata" (1618 ó 1622), La imposición de la casulla a san Ildefonso (1623).

En 1621, tras la muerte de Felipe III queda vacante el puesto de pintor real y Velázquez intenta dar el salto a la corte real. Entonces, retrata al poeta Luis de Góngora y realiza varios encargos para su suegro, pero ha de volverse a la capital hispalense tras esta aventura infructuosa.

A la edad de 24 años, logra su objetivo de entrar en la corte de Madrid gracias a la mediación de Juan de Fonseca y Figueroa, amigo de Pacheco que ostentaba el cargo de sumiller de cortina (cargo eclesiástico responsable de la capellanía del rey), a quien retrata. Dicho retrato del canónigo se le muestra al Conde-Duque de Olivares y al rey.  Inmediatamente después fue llamado para retratar al monarca. Tras realizar este encargo, fue nombrado pintor retratista de Felipe IV y cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores de la corte. Trabajó para la corte real hasta su muerte en 1660, donde gozaba de la exclusividad del privilegio de pintar los retratos del rey y de su familia, así como de los cuadros decorativos de las mansiones reales.

La estancia de Pieter Paul Rubens en Madrid fue un hecho determinante en la trayectoria de Velázquez. Entonces, vio cómo Rubens retrataba a la corte real española (con un gran derroche de luz, realismo y paisajes de lejanos horizontes e infinitos detalles) y cómo realizaba magníficas copias de grandes obras de Tiziano con personajes que aparecían iluminados en una atmósfera de completa oscuridad.

En la corte de Felipe IV, contempló unas colecciones de tan abundante cantidad de pinturas de la más excelsa calidad artística que dio un salto en la progresión de su genial talento. Particularmente, dejó en él honda huella la obra y la personalidad de Rubens (naturalismo realista) y de Tiziano (tenebrismo), quienes desde este momento serían los modelos de su más vanguardista estética, de su virtuosismo técnico e, incluso, la inspiración de una parte importante de sus temáticas favoritas.

Velázquez realiza dos viajes a Italia (en 1629 y en 1656). El corazón del Mediterráneo europeo era el gran centro del vanguardismo de todas las artes. Muy posiblemente se embarcó en esta travesía por el mar de las musas siguiendo los consejos de Rubens, con quien tuvo un cercano trato personal y de quien recibió una exquisita formación técnica.

En Roma, el cardenal Francesco Barberini, a quien había retratado durante su estancia en Madrid, le abrió las puertas de las colecciones artísticas vaticanas,  lo que le permitió realizar copias de los frescos de Miguel Ángel y Rafael. Después se trasladó a Villa Médicis, a las afueras de Roma, donde copió su colección de escultura clásica. Estudió todos los estilos pictóricos desde los maestros antiguos hasta los artistas más destacados de aquel entonces. En aquel momento estaban activos en Roma los grandes pintores del barroco Pietro da Cortona, Andrea Sacchi, Nicolas Poussin, Claudio de Lorena y Gian Lorenzo Bernini (también virtuosísimo maestro escultor y arquitecto). No existen documentos que atestigüen que Velázquez contactase directamente con ellos, pero hay muchos indicios de que así fue.

En su madurez, a partir de 1631, pintó grandes obras como La rendición de Breda y célebres retratos ecuestres. Estas iconográficas composiciones, de una magistral e impactante narrativa visual, tienen el potente dramatismo de la más espectaculares escenografías del mundo del cine. En ellas, su estilo alcanza un esplendoroso virtuosismo con un absoluto dominio de las perspectivas infinitas y de una desbordante luminosidad, con pinceladas rápidas y sueltas.

Desde siempre, Velázquez destacó en su especial don para retratar personas con un absoluto realismo, siendo uno de los pocos que en su época lograba plasmar con plena perfección los rostros infantiles. Desarrolló dicho talento artístico hasta lograr cotas insuperables de la más exquisita técnica y deliciosa estética.

En su última década, simplificó sus composiciones con un desenfadado formato esquemático y abocetado, en las que creaba distintos espacios de luz interiores que se abrían entre atmósferas de sombras y penumbras. Así, con este exhibicionismo de su prodigioso dominio de la incidencia de las luces, lograba perspectivas de gran amplitud, exquisita perfección técnica y verosimilitud óptica. Este nuevo sello estético propio alcanza su cénit en sus dos últimas obras maestras: Las meninas y Las hilanderas. Su portentoso  ya se empieza a vislumbrar en su obra Retrato del papa Inocencio X, pintado en su segundo viaje a Italia.

En sus obras cumbres vemos un pormenorizado estudio de la percepción del ojo humano, realizando enfoques y desenfoques que dirigen nuestra mirada hacia los motivos protagonistas, desdibujan aquello que la vista deja en un segundo plano o que se diluye entre las sombras, y desvanecen en etérea realidad la alta velocidad (detalle de la rueca del cuadro de Las hilanderas).

Siempre fue mucho más allá de lo que aprendía de los más grandes pintores de su tiempo, alcanzando así las más altas cotas de perfección técnicas y artísticas que lo sitúan en el pódium de los más grandes genios de la Historia de las Artes Pictóricas.


2. OBRAS COMENTADAS

Las Meninas (análisis general)*

* Para verlo directamente en YouTube: HAZ CLIC AQUÍ.

Las hilanderas (breve apunte de su temática)*

*Vídeo corto (9:06) sobre la temática mitológica y los mensajes del cuadro.
*Para verlo directamente en Youtube: HAZ CLIC AQUÍ.

Las hilanderas (análisis con profundidad)*
*Hay que verlo directamente en YouTube: HAZ CLIC AQUÍ.
*Ponencia (1:11.32) de Ángel Aterido (Univ. Complutense)
*Canal: Fundación Amigos Museo del Prado

La Coronación de la Virgen (pigmentos)*

*Vídeo corto (6:01) donde se analizan los materiales de los pigmentos.
*Para verlo directamente en YouTube: HAZ CLIC AQUÍ.

VELÁZQUEZ EN EL MUSEO DEL PRADO*

*Vídeo muy breve (3:07) donde se comentan someramente sus obras.
*Para verlo directamente en YouTube: HAZ CLIC AQUÍ.

La trascendencia de Velázquez en la Historia de la Pintura Española*

*Para verlo directamente en YouTube: HAZ CLIC AQUÍ.

CONOCED SEVILLA Y A LOS SEVILLANOS ILUSTRES.

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